“Mi decisión debe ser respetada”. Semana del Parto Respetado 2020

Del 17 al 23 de mayo se celebra la Semana Mundial del Parto Respetado, bajo el lema “Mi decisión debe ser respetada

El término “parto respetado” o “parto humanizado” hace referencia al respeto por los derechos de las madres, los niños, las niñas y sus familias en el momento del nacimiento. Se trata entonces, de acompañar los deseos y dar respuesta adecuada a las necesidades de cada familia que va a dar luz.

En Argentina, la Ley de Parto Humanizado N° 25.929 y su reglamentación (decreto 2035/2015) promueven que se respete a la familia en sus particularidades -raza, religión, nacionalidad- y que se la acompañe en la toma de decisiones seguras e informadas. Además, la provincia del Neuquén también cuenta con la Ley N° 2.499 de acompañamiento durante el parto.

Esta iniciativa nació en 2004 gracias a la Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR) y desde entonces se replica en distintos países con el objetivo principal de visibilizar el modo en que se atienden los partos en todo el mundo y exigir el cumplimiento de derechos vinculados al nacimiento.

El objetivo es que el nacimiento ocurra del modo más natural posible y en un espacio familiar, donde madre y bebé sean los protagonistas y, al mismo tiempo, estén cuidados y atendidos por el equipo de salud. La mujer por dar a luz debe ser considerada una persona sana, capaz de participar y tomar las decisiones sobre su propio cuerpo, la compañía que necesita a la hora de parir y a permanecer junto al recién nacido durante todo el tiempo de internación.

Desde esta perspectiva, las actuaciones del equipo de salud sobre el recién nacido deber ser de cuidado y respeto, sin someterlo a ningún examen o tratamiento que no esté orientado a su exclusivo bienestar, a la vez que cada acción, deberá ser debidamente informada y consentida por la madre y la familia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que la creciente medicalización de los nacimientos está dañando la capacidad de las mujeres para dar a luz. El parto debe ser tratado como un proceso natural, con la madre en el centro de la toma de decisiones y sólo debe intervenirse cuando hay complicaciones.

Derechos de la mujer en el parto

• A un parto respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados.

• A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pueden tener lugar durante el parto y postparto y participar activamente en las decisiones que acerca de las distintas alternativas, si es que existen. En este sentido, la futura mamá podrá elegir el lugar y la forma en la que va a transitar su trabajo de parto (deambulación, posición, analgesia o medicamentos, acompañamiento) y la vía de nacimiento. El equipo de salud y la institución deberán respetar tal decisión, en tanto no comprometa la salud de madre e hijo.

• A ser considerada como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.

• A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.

• A estar acompañada por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y posparto, cualquiera sea la vía de parto (vaginal o cesárea).

• A tener a su lado a su hijo durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales. Teniendo en cuenta la importancia del contacto piel con piel entre la mamá y el recién nacido, y con el objetivo de favorecer el vínculo precoz, el equipo de salud deberá fomentar desde el momento mismo del nacimiento, e independientemente de la vía del parto, el contacto del recién nacido con su madre y familiares directos y/o acompañantes que ella disponga.

• A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.

• A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña.

• A ser informada específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el niño o niña y ella misma.

Derecho del recién nacido

• A ser tratado en forma respetuosa y digna.

• A su inequívoca identificación.

• A la internación conjunta con su madre en sala.

• A que sus padres reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.

En el caso de bebés prematuros o bebés nacidos en otras situaciones de riesgo, el padre y la madre tienen derecho:

• A recibir información comprensible, suficiente y continuada, en un ambiente adecuado, sobre el proceso o evolución de la salud de su hijo o hija, incluyendo diagnóstico, pronóstico y tratamiento.

• A tener acceso continuado a su hijo o hija mientras la situación clínica lo permita, así como a participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.

• A un consentimiento informado sobre cualquier práctica médica que se le realice al niño o niña.

• A que se facilite la lactancia materna de la persona recién nacida

• A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados especiales del niño o niña.

Parir en tiempo de Covid-19

A la alegría de ser madre se suma ahora la inquietud y la preocupación generada por el coronavirus. Sentimientos encontrados que se repiten una y otra vez entre las mujeres que están a punto de dar a luz o acaban de hacerlo.

El viernes pasado, hablamos con Geraldine, Florencia y Adriana, tres mujeres que dieron a luz en la Maternidad del Hospital Dr. Horacio Heller un día antes. En los tres casos relataron que tenían una cierta preocupación durante el embarazo por el contexto de pandemia que estamos atravesando.

“Hice los controles de embarazo en el Heller y conocía al equipo de salud. En el transcurso del embarazo no quería que nazca en este contexto, pero en el trabajo de parto me olvidé. Me sentí acompañada por todos, una paciencia las enfermeras, todos, me sentí muy bien”, explica Geraldine. Tanto ella como Florencia tuvieron que ir a cesárea porque no se dieron las condiciones para un parto natural.

Adriana, en cambio, tuvo a su primer hijo por parto normal y estuvo todo el tiempo acompañada por su abuela. “Tenía miedo pero el personal de salud me guió y explicó todo, me sentí muy bien”, sostuvo la mamá primeriza.